El desarme multilateral y la limitaci¨®n de armas han sido objetivos centrales para la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas desde su mismo nacimiento, en la medida en que su misi¨®n fundacional estriba en mantener la paz y la seguridad a nivel internacional.

Naciones Unidas le ha dado la m¨¢xima prioridad a la reducci¨®n y eventual eliminaci¨®n de las armas nucleares, a la destrucci¨®n de armas qu¨ªmicas y a la prohibici¨®n de armas biol¨®gicas, que constituyen algunas de las amenazas m¨¢s graves a las que se enfrenta la especie humana.

Pero, aunque estos objetivos se han mantenido invariables a lo largo de los a?os, el ¨¢mbito de las deliberaciones y negociaciones ha ido transform¨¢ndose a medida que evolucionaban las realidades pol¨ªticas y la situaci¨®n internacional.

La comunidad internacional se enfrenta a la proliferaci¨®n de armas peque?as y ligeras y minas terrestres, que suponen una amenaza para las sociedades y son perjudiciales para la poblaci¨®n civil, especialmente para las mujeres y los ni?os y ni?as. Es tambi¨¦n cada vez m¨¢s consciente de que los distintos tipos de armas afectan de manera desigual a personas de distintos g¨¦neros y edades.

Asimismo, las Naciones Unidas se centran en las consecuencias que pueden tener en la seguridad internacional las nuevas informaciones, las tecnolog¨ªas en telecomunicaciones y otras tecnolog¨ªas emergentes.

Tras grandes esfuerzos a escala global, las gestiones de las Naciones Unidas han dado lugar a diversos tratados e instrumentos multilaterales cuyo objetivo es regular y restringir el empleo de determinadas armas, o eliminarlas por completo. Entre ellos est¨¢n el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares, el Tratado de Prohibici¨®n Completa de los Ensayos Nucleares, el Tratado sobre la Prohibici¨®n de las Armas Nucleares, la Convenci¨®n sobre Armas Biol¨®gicas y Qu¨ªmicas, la Convenci¨®n sobre la Prohibici¨®n de Minas Antipersonales, la Convenci¨®n sobre Municiones de Racimo, la Convenci¨®n sobre Ciertas Armas Convencionales, y el Tratado sobre el Comercio de Armas.

Desarme nuclear y no proliferaci¨®n

Las son las armas m¨¢s peligrosas que existen en la Tierra, pues con ellas se puede destruir toda una ciudad, asesinando potencialmente a millones de personas y poniendo en peligro el entorno natural y la vida de las generaciones futuras, por sus catastr¨®ficos efectos a largo plazo. Los peligros que suponen tales armas provienen de su mera existencia.

Aunque las armas nucleares se han utilizado solo dos veces en contiendas, se estima que existen todav¨ªa en torno a 12.500 armas nucleares y que se han llevado a cabo m¨¢s de 2.000 ensayos nucleares hasta la fecha. A la vista de estos datos, el desarme es la mejor salvaguardia contra tales peligros, pero hemos de reconocer que alcanzar tal objetivo supone un reto extremadamente dif¨ªcil.

Las Naciones Unidas han intentado eliminar las armas nucleares desde sus mismos inicios. La estableci¨® una Comisi¨®n en la que se pretend¨ªa abordar los problemas relacionados con el descubrimiento de la energ¨ªa at¨®mica, entre otros asuntos. La Comisi¨®n ten¨ªa que hacer propuestas para, entre otras cosas, controlar el desarrollo de la energ¨ªa at¨®mica para, en la medida de lo posible, garantizar su uso exclusivo con fines pac¨ªficos.

Desde entonces se han firmado diversos tratados multilaterales con el objetivo de prevenir la proliferaci¨®n y los ensayos nucleares, al tiempo que se fomentaban los avances en el desarme nuclear.

Entre tales avances se hallar¨ªan el , el ¨Ctambi¨¦n conocido como Tratado de Prohibici¨®n Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), que se firm¨® en 1996 pero que a¨²n no ha entrado en vigor¨C y el .

Trabajadores con trajes de protecci¨®

Misiles

Los misiles siguen estando en el punto de mira de las discusiones, las decisiones y la toma de medidas a nivel internacional. Su potencial para transportar de forma r¨¢pida y precisa hace que estos instrumentos tecnol¨®gicos sean un problema pol¨ªtico y militar importante en t¨¦rminos cualitativos. Adem¨¢s, la diversidad de puntos de vista a nivel internacional en cuestiones relacionadas con los misiles plantea un reto particular a la hora de abordar la cuesti¨®n en foros multilaterales. De hecho, en la actualidad, no existe un instrumento multilateral legalmente vinculante que aborde el problema de los misiles.

De acuerdo con las resoluciones de la Asamblea General, se han establecido tres Paneles de Expertos Gubernamentales dentro de las Naciones Unidas que se han dedicado al problema de los misiles, aunque actualmente existen otros reg¨ªmenes multilaterales que intentan prevenir la proliferaci¨®n de misiles y de otras tecnolog¨ªas relacionadas. Entre ellos se incluye el y el R¨¦gimen de Control de Tecnolog¨ªa de Misiles.

Armas biol¨®gicas

El tab¨² internacional contra las armas biol¨®gicas tuvo su origen en los horrores de la Primera Guerra Mundial, de tal modo que su empleo se considera, desde hace mucho tiempo, contrario a las leyes de la humanidad y a los dictados de la conciencia p¨²blica.

Las armas biol¨®gicas difunden organismos o toxinas pat¨®genos con los cuales se pretende provocar da?os a seres humanos, animales o plantas, y pueden ser mortales, adem¨¢s de altamente contagiosos. Pero lo m¨¢s peligroso de estas armas es que las enfermedades que causan no se podr¨ªan restringir a frontera alguna, por lo que se difundir¨ªan r¨¢pidamente por todo el planeta.

La liberaci¨®n intencionada de agentes o toxinas biol¨®gicas por parte de actores estatales, o no estatales, podr¨ªa tener unas consecuencias dram¨¢ticas. Adem¨¢s de la tr¨¢gica p¨¦rdida de vidas, los ataques con armas biol¨®gicas podr¨ªan provocar escasez de alimentos, cat¨¢strofes medioambientales, devastadoras p¨¦rdidas econ¨®micas y la difusi¨®n de enfermedades, as¨ª como temor y desconfianza entre la sociedad civil.

Los esfuerzos largamente sostenidos para eliminar estas armas de destrucci¨®n masiva en todo el planeta tuvieron fruto finalmente, en 1972, con la Convenci¨®n sobre Armas Biol¨®gicas, que proh¨ªbe expresamente el desarrollo, la producci¨®n, la adquisici¨®n, la transferencia, el almacenamiento y el empleo de armas biol¨®gicas y t¨®xicas. ?ste fue el primer tratado de desarme multilateral que prohibi¨® toda una categor¨ªa de armas de destrucci¨®n masiva.

Armas qu¨ªmicas

grupo de personas con equipo de protecci¨®n inspeccionan un tarro con un l¨ªquido

El uso de armas qu¨ªmicas en tiempos modernos comenz¨® durante la Primera Guerra Mundial, cuando ambos bandos en conflicto utilizaron gases t¨®xicos con el fin de infligir terribles sufrimientos y causar numerosas bajas en el campo de batalla. Tales armas estaban compuestas por productos qu¨ªmicos bien conocidos comercialmente, que se diseminaban a trav¨¦s de munici¨®n est¨¢ndar, como granadas o proyectiles de artiller¨ªa. El cloro, el fosgeno (un agente asfixiante) y el gas mostaza fueron algunos de los productos qu¨ªmicos utilizados.

El indiscriminado empleo de estas sustancias tuvo, frecuentemente, consecuencias devastadoras, con cerca de 100.000 v¨ªctimas mortales. Tras la Primera Guerra Mundial, las armas qu¨ªmicas han provocado m¨¢s de un mill¨®n de bajas en todo el mundo.

Los esfuerzos, largo tiempo sustentados, por eliminar estas armas de destrucci¨®n masiva en todo el planeta tuvieron su fruto finalmente, en 1993, con la , que busca eliminar toda la categor¨ªa de armas de destrucci¨®n masiva prohibiendo el desarrollo, la producci¨®n, el almacenamiento, la transferencia y el empleo de armas qu¨ªmicas. Asimismo, intenta prevenir su reaparici¨®n, garantizar la eliminaci¨®n de las existencias actuales de tales armas y, con ello, liberar al mundo de la amenaza de la guerra qu¨ªmica.

Armas convencionales

Armas convencionales son todas aquellas armas que no se pueden catalogar como de destrucci¨®n masiva. Son las m¨¢s conocidas y ampliamente utilizadas en entornos conflictivos y criminales, y tienen una amplia diversidad de usos y capacidad de destrucci¨®n. Entre las m¨¢s conocidas armas convencionales se encuentran los tanques, los veh¨ªculos de combate acorazados, los sistemas de artiller¨ªa de gran calibre, los aviones de combate y los veh¨ªculos a¨¦reos de combate no tripulados, los helic¨®pteros de ataque, los buques de guerra, misiles y lanzamisiles, minas terrestres, municiones de racimo, armas peque?as, y armas y munici¨®n ligeras.

La Carta de las Naciones Unidas no proh¨ªbe a sus Estados Miembros poseer y utilizar armas convencionales, siempre y cuando esto se haga de conformidad con el derecho internacional. ?ste es el motivo por el cual los t¨¦rminos ¡°control de armas¡± y ¡°limitaci¨®n de armas¡± se utilizan con m¨¢s frecuencia que el t¨¦rmino ¡°desarme¡± cuando se hace referencia a las armas convencionales.

Sin embargo, existen armas convencionales que resultan muy preocupantes en t¨¦rminos humanitarios, bien sea por el modo en que se utilizan o pueden ser utilizadas, o bien por su dise?o, que las hace incompatibles con el derecho humanitario internacional.

Los primeros esfuerzos por dar respuesta a tal preocupaci¨®n se hicieron ya en el siglo XIX, aunque el ejemplo m¨¢s reciente de regulaciones y limitaciones legalmente vinculantes en el uso de armas convencionales tuvo lugar en 1980, con la Convenci¨®n sobre Prohibiciones o Restricciones en el Empleo de Ciertas Armas Convencionales.

La Convenci¨®n sobre Ciertas Armas Convencionales (CCAC) es un instrumento clave del derecho humanitario internacional. Con sus cinco Protocolos, la CCAC pretende prohibir o restringir el empleo de tipos espec¨ªficos de armas (fragmentos no detectables; minas, trampas explosivas y otros dispositivos; armas incendiarias; armas l¨¢ser cegadoras y restos explosivos de guerra), que causan da?os indiscriminados sobre la poblaci¨®n civil o provocan un sufrimiento innecesario entre los combatientes.

men seen from above, sorting weapons and ammunition

Minas terrestres

Todos los d¨ªas, alguna persona muere o pierde alg¨²n miembro al pisar una mina terrestre (minas antipersonales o anti-veh¨ªculos). Y la mayor¨ªa de estas v¨ªctimas son civiles, pertenecientes a pa¨ªses donde la guerra termin¨® hace tiempo.

La , adoptada en 1997, aborda este flagelo. Proh¨ªbe el almacenamiento, la transferencia y el empleo de minas terrestres antipersonales, y exige a los pa¨ªses que las eliminen en su territorio, al tiempo que prescribe a los Estados que est¨¦n en condiciones de hacerlo que ayuden a los pa¨ªses afectados.

M¨¢s de 160 pa¨ªses han firmado este tratado, y entre sus efectos positivos se incluye una marcada reducci¨®n en el n¨²mero de v¨ªctimas, un incremento en el n¨²mero de estados libres de minas, la destrucci¨®n de las reservas de minas y la mejora en la asistencia a las v¨ªctimas.

militar con una granada en la mano

Desminado

En 2017 hubo m¨¢s de 8.600 v¨ªctimas ¨Cel doble que en 2014¨C por causa de las minas terrestres, los restos explosivos de conflictos y los artefactos explosivos improvisados operados por las propias v¨ªctimas. Los 110 millones de minas terrestres y otros explosivos, esparcidas en unos 70 pa¨ªses y territorios, son un recordatorio permanente de conflictos que finalizaron a?os atr¨¢s o, incluso, d¨¦cadas atr¨¢s.

Naciones Unidas busca un mundo libre de minas terrestres y de restos explosivos de la guerra, donde personas y comunidades vivan en un entorno seguro que favorezca el desarrollo, y donde se satisfagan las necesidades de las v¨ªctimas. En este sentido, doce Departamentos y Oficinas del Secretariado de las Naciones Unidas, especializados en agencias, financiaci¨®n y programas, juegan un papel decisivo en los programas de desminado que se llevan a cabo en 30 pa¨ªses y tres territorios.

Las medidas en materia de minas no se limitan a retirarlas del terreno. Permite a las fuerzas de mantenimiento de la paz patrullar con seguridad, a los organismos humanitarios prestar asistencia y a los ciudadanos vivir sin miedo. Tambi¨¦n comprende los esfuerzos para proteger a las personas del peligro y ayudar a las v¨ªctimas a reintegrarse en sus comunidades.

Una pol¨ªtica que se ha desarrollado conjuntamente es , que orienta la divisi¨®n del trabajo dentro de las Naciones Unidas. Gran parte del trabajo, como es el desminado y la formaci¨®n acerca de los riesgos con las minas, lo llevan a cabo en estos momentos organizaciones no-gubernamentales, a las que se unen contratistas comerciales y, en algunos casos, militares, que ofrecen servicios de acci¨®n humanitaria contra las minas. Adem¨¢s, diversas organizaciones intergubernamentales, internacionales y regionales, as¨ª como instituciones econ¨®micas internacionales, financian operaciones y proporcionan servicios a personas y comunidades afectadas por las minas terrestres y restos explosivos de la guerra.

El coordina, como su propio nombre indica, toda actividad relacionada con las minas. El UNMAS garantiza una respuesta eficaz, proactiva y coordinada a los problemas generados por las minas terrestres y los restos explosivos de la guerra, entre los que se incluyen ahora las bombas de racimo. Tambi¨¦n eval¨²a y supervisa de forma continua las amenazas que plantean las minas y la munici¨®n sin estallar, al tiempo que desarrolla pol¨ªticas y normativas al respecto. Adem¨¢s, el Servicio moviliza recursos y aboga por la prohibici¨®n mundial de las minas antipersonales.

Por otra parte, y dentro de las operaciones de mantenimiento de la paz, emergencias y crisis humanitarias, el UNMAS establece y gestiona centros de coordinaci¨®n de acci¨®n contra las minas en diversos pa¨ªses y territorios. Finalmente, en los ¨²ltimos a?os, este servicio de las Naciones Unidas est¨¢ dedicando m¨¢s recursos y tiempo a la amenaza que suponen los dispositivos explosivos improvisados.

En 2022, el UNMAS obtuvo importantes logros, como la destrucci¨®n de 109.976 restos explosivos de guerra, 397 artefactos explosivos improvisados y 5.970 minas terrestres. Adem¨¢s, se garantiz¨® la recuperaci¨®n de 159 kil¨®metros cuadrados de terreno y se inspeccionaron, limpiaron y garantizaron la seguridad de 8.468 kil¨®metros de carreteras. Tambi¨¦n se imparti¨® educaci¨®n presencial sobre el riesgo de los artefactos explosivos a m¨¢s de 2,6 millones de personas y se prest¨® asistencia a m¨¢s de 742 v¨ªctimas de artefactos explosivos.

Las Naciones Unidas vienen abordando los problemas que plantean las minas terrestres desde la d¨¦cada de 1980. De hecho, la actuaci¨®n de la ONU fue decisiva en lo referente al empleo de armas con efectos indiscriminados cuando patrocin¨® la Convenci¨®n sobre Ciertas Armas Convencionales en 1980. En 1996, la Convenci¨®n se ampli¨® con la inclusi¨®n de las minas terrestres en conflictos internos y con la exigencia de que todas las minas fueran detectables.

Con el tiempo, el creciente clamor popular, combinado con la acci¨®n comprometida de las organizaciones no-gubernamentales implicadas en la Campa?a Internacional para la Prohibici¨®n de las Minas Terrestres, llev¨® a la adopci¨®n de un amplio acuerdo global.

La hist¨®rica (la Convenci¨®n sobre la Prohibici¨®n de Minas Antipersonales) prohibi¨® la producci¨®n, empleo y exportaci¨®n de estas armas y obtuvo un apoyo casi universal. En febrero de 2024, .

Por otra parte, Naciones Unidas instaur¨® el D¨ªa Internacional de Informaci¨®n sobre el Peligro de las Minas y de Asistencia para las Actividades Relativas a las Minas, que se celebra cada a?o el d¨ªa 4 de abril.

Finalmente, en 2015, el Secretario General de las Naciones Unidas design¨® al famoso actor Daniel Craig como , dando as¨ª un nuevo impulso para la prohibici¨®n de estas execrables armas. .

"Os insto, os obligo, a seguir reconociendo y apoyando la labor esencial que realizan las Naciones Unidas. Desde despejar el terreno para que los ni?os puedan jugar e ir a la escuela sin miedo, hasta patrullar las carreteras para el mantenimiento de la paz, formar a la poblaci¨®n local en las destrezas que necesitan para mantenerse a salvo y reconstruir las comunidades tras los devastadores resultados de la guerra y los conflictos. UNMAS desempe?a un papel fundamental en un mundo siempre peligroso y cambiante. As¨ª que, por favor, no nos olvidemos de su labor fundamental", dijo Craig en su ¨²ltimo como Defensor Mundial de la ONU para la Eliminaci¨®n de Minas y Peligros Explosivos.

Bombas de racimo

La munici¨®n de racimo consta de un proyectil hueco que se lanza desde el aire o desde el suelo y que, abri¨¦ndose a determinada altura, libera cientos de bombas m¨¢s peque?as, o submuniciones, con las cuales se satura de explosiones ¨¢reas tan amplias como las que ocupar¨ªan varios campos de f¨²tbol. Esto significa que todo ser humano en esas ¨¢reas, incluida la poblaci¨®n civil, corre el riesgo de resultar herido o muerto. Pero a esto hay que a?adir que, en ocasiones, los explosivos m¨¢s peque?os, las submuniciones, no detonan en el momento del ataque, quedando sin desactivar sobre el terreno y convirti¨¦ndose en un peligro de muerte o mutilaci¨®n para la poblaci¨®n civil, que puede verse afectada hasta muchos a?os despu¨¦s de finalizado el conflicto.

La proh¨ªbe, bajo cualquier circunstancia, el empleo, desarrollo, producci¨®n, adquisici¨®n, almacenamiento y transferencia de bombas de racimo, as¨ª como la ayuda o incitaci¨®n a la realizaci¨®n de actividades il¨ªcitas. La Convenci¨®n proporciona una respuesta internacional amplia al sufrimiento causado por el empleo de bombas de racimo y por sus restos, para prevenir la proliferaci¨®n y uso futuro de estas armas.

Seg¨²n el grupo de la sociedad civil Cluster Munition Monitor, asociado con la ONU, en 2022 se produjo un . El ¨²ltimo informe publicado por esta organizaci¨®n indica que 1172 personas murieron o resultaron heridas en 2022, la cifra m¨¢s alta desde que se empezaron a elaborar informes peri¨®dicos en 2010.

Municiones

Las almacenadas pueden convertirse en un peligro si no se conserva y vigila de la forma adecuada. M¨¢s de 100 pa¨ªses en todo el mundo han sufrido explosiones no intencionadas de dep¨®sitos de munici¨®n, que han provocado miles de v¨ªctimas durante los ¨²ltimos 15 a?os.

Adem¨¢s, si los dep¨®sitos no est¨¢n bien gestionados, constituyen una fuente incesante de desv¨ªo de municiones para grupos armados y delincuentes, con lo que se alimentan los conflictos armados y la actividad delictiva.

Naciones Unidas, a trav¨¦s de su , trabaja en la mejora de la gesti¨®n permanente de la munici¨®n, proporcionando m¨¢s seguridad a la poblaci¨®n civil.

El personal de mantenimiento de la paz examina unos cargadores de armas autom¨¢ticas

Comercio de armas

Disponer f¨¢cilmente de armas y municiones no hace otra cosa que incrementar el sufrimiento humano, la represi¨®n pol¨ªtica, el delito y el terror entre la poblaci¨®n civil. Por otra parte, la transferencia il¨ªcita de armas puede desestabilizar regiones enteras del planeta, transgredir los embargos de armas y vulnerar los derechos humanos en pa¨ªses sumidos en conflictos y con altos niveles de violencia. Y, por si esto fuera poco, los estados afectados por conflictos o por una delincuencia generalizada son los que m¨¢s dificultades presentan para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La adopci¨®n, en abril de 2013, del Tratado sobre el Comercio de Armas por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas marc¨® un hito crucial en los esfuerzos de la comunidad internacional por regular el comercio global de armas convencionales y promover la paz y la seguridad.

Antes de la adopci¨®n del Tratado no exist¨ªa ning¨²n acuerdo global legalmente vinculante que rigiera el comercio de armas convencionales, y el Tratado estableci¨® una robusta normativa internacional que, desde entonces, ha facilitado a los gobiernos la decisi¨®n de si autorizan o no la transferencia de armas. El Tratado sobre el Comercio de Armas coopera con los estados y les ofrece asistencia para que desarrollen sistemas de regulaci¨®n adecuados y arsenales de armas seguros.

G¨¦nero y desarme

En funci¨®n de su g¨¦nero y de otros factores, las personas se ven involucradas y afectadas de forma muy distinta por las armas, los conflictos b¨¦licos y el resto de cuestiones referentes a armas y seguridad. Los procesos y las pol¨ªticas de desarme y de control de armamento resultan ser m¨¢s eficaces si se toman en consideraci¨®n las .

En m¨²ltiples marcos internacionales y en diversas resoluciones de la ONU se reconocen las dimensiones del desarme y del control de armas en funci¨®n del g¨¦nero. Por ejemplo, seg¨²n el Tratado sobre el Comercio de Armas, los Estados Partes tienen la obligaci¨®n legal de evaluar en qu¨¦ medida la exportaci¨®n de armas y municiones convencionales puede utilizarse para la comisi¨®n de actos de violencia de g¨¦nero, y el Tratado sobre la Prohibici¨®n de Armas Nucleares reconoce los efectos desproporcionados que la radiaci¨®n nuclear tiene sobre las mujeres y las ni?as.

En 2000, el Consejo de Seguridad adopt¨® las diez primeras resoluciones sobre mujeres, paz y seguridad (MPS), reconociendo el impacto desproporcionado y singular que los conflictos armados tienen sobre las mujeres y las ni?as, y haciendo una llamada a la plena implicaci¨®n de las mujeres en todos los esfuerzos encaminados a la paz y la seguridad. La Asamblea General, en su , y en sobre Mujeres, desarme, no proliferaci¨®n y control de armas, insta tambi¨¦n a comprender mejor el impacto de los conflictos armados en funci¨®n del g¨¦nero, y reconoce la necesidad de facilitar la igualdad de oportunidades, as¨ª como un incremento de la participaci¨®n de las mujeres en la toma de decisiones sobre el desarme.

No obstante, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas y constituyen solo alrededor de un tercio de los participantes en las reuniones multilaterales de desarme, en las que las jefas de delegaciones est¨¢n en franca minor¨ªa.

Mujer con un ni?o recoge agua

Desarme y juventud

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirma, en su Asegurando nuestro futuro com¨²n: Una Agenda de desarme, que la juventud se ha convertido en una fuerza poderosa para la transformaci¨®n de nuestra civilizaci¨®n. La aportaci¨®n, tan importante como positiva, que los j¨®venes pueden hacer para alcanzar una paz y una seguridad sostenibles qued¨® reafirmada por la Asamblea General de la ONU mediante el apoyo un¨¢nime a una nueva resoluci¨®n titulada, ¡°Juventud, desarme, no proliferaci¨®n y control de armas¡±, adoptada el 12 de diciembre de 2019.

Reconociendo la importancia de los j¨®venes en la transformaci¨®n de nuestras sociedades, la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (UNODA, por su acr¨®nimo en ingl¨¦s) lanz¨®, en 2019, su iniciativa de acercamiento a los j¨®venes ¡°#Youth4Disarmament¡±, con la cual se pretende involucrar, formar y capacitar a los j¨®venes para que participen de forma significativa e inclusiva en el ¨¢mbito del desarme y la no proliferaci¨®n. Se invita a j¨®venes de toda procedencia social, intereses y experiencia a participar en Asegurar nuestro Futuro Com¨²n, un futuro m¨¢s seguro, sostenible y pac¨ªfico para todos y para las generaciones futuras.

Organismos e instituciones relacionados con el desarme

D¨ªas Internacionales relacionados

Recursos